El Aula Montpellier trató sobre “Envejecimiento y Nutrición en el anciano”.
Zaragoza, marzo de 2012.- Vivimos una época de envejecimiento acelerado. Nos encontramos ante todo un reto del siglo XXI ya que el 17% de la población es mayor de 65 años. Además, entre un 15 y un 25% de personas en el mundo sufren desnutrición global y un 70% desnutrición parcial. La alimentación mantenida a lo largo de toda la vida juega un papel esencial en la longevidad, considerada ésta tanto en individuos como en poblaciones.
Cuando se habla de longevidad, ésta debe entenderse en términos cuantitativos, de duración de la vida, y en términos cualitativos, de situación funcional, especialmente en las fases más comprometidas como la vejez. Pues bien, de la relación entre nutrición y envejecimiento, de los sistemas de valoración en ancianos, de la relación entre nutrición y enfermedades, o de recomendaciones nutricionales...De todo ello trató la sesión del tercer acto del XII Ciclo Aula Montpellier con la ponencia del Profesor José Manuel Ribera Casado, Catedrático de la Universidad Complutense y Académico de la Real Academia Nacional de Medicina.
La dieta óptima
A
pesar de las relaciones entre nutrición/enfermedad/envejecimiento, el
Profesor Ribera señaló que no existe una única dieta óptima. Sin
embargo, la epidemiología liga el envejecimiento a dietas ricas en
frutas, verduras y pescados. Y bajas en grasas saturadas, carnes, dulces
y derivados lácteos. Asimismo, recordó que la restricción calórica está
contraindicada y que es fundamental la actividad física y la
hidratación.
En este sentido, durante su ponencia, el Académico reiteró el papel fundamental de la dieta en el envejecimiento: fundamental en la prevención y en el tratamiento de enfermedades crónicas asociadas a la edad. Así, recordó cómo dietas ricas en grasas totales, grasas saturadas y sal, y/o pobres en fibra, frutas y vegetales favorecen la patología CV, la DM-2 y la demencia. Y cómo la desnutrición en macro y/o micronutrientes también favorece la enfermedad.
Asimismo, el Profesor Ribera reiteró que el agua es el más esencial de todos los elementos ya que el envejecimiento determina pérdidas hídricas intra y extracelulares, y también pérdidas en los sistemas de control (sed, ADH). Por todo ello, señaló, la deshidratación es una complicación muy seria en la patología geriátrica y lo recomendable es beber no menos de 1.5-2 litros al día.
En este sentido, durante su ponencia, el Académico reiteró el papel fundamental de la dieta en el envejecimiento: fundamental en la prevención y en el tratamiento de enfermedades crónicas asociadas a la edad. Así, recordó cómo dietas ricas en grasas totales, grasas saturadas y sal, y/o pobres en fibra, frutas y vegetales favorecen la patología CV, la DM-2 y la demencia. Y cómo la desnutrición en macro y/o micronutrientes también favorece la enfermedad.
Asimismo, el Profesor Ribera reiteró que el agua es el más esencial de todos los elementos ya que el envejecimiento determina pérdidas hídricas intra y extracelulares, y también pérdidas en los sistemas de control (sed, ADH). Por todo ello, señaló, la deshidratación es una complicación muy seria en la patología geriátrica y lo recomendable es beber no menos de 1.5-2 litros al día.
Por otra parte, en al ámbito de la dieta, el Profesor
Ribera señaló dos buenas noticias: por una parte, que tomar chocolate a
edades avanzadas se asocia a mejor salud, más optimismo y sensación
subjetiva de bienestar, y que el café (la cafeína) protege de riesgo de
muerte cardiovascular a la población de más edad. Asimismo, que el
consumo de café guarda una relación inversa con el deterioro cognitivo
en el anciano.
Indice de Masa Corporal y Pronóstico Vital
Apoyado en varios estudios, el Porfesor Ribera indicó que el sobrepeso, e incluso la obesidad, en el anciano no se asocian con un peor estado de salud, ni con una reducción en la esperanza de vida. Así, señaló, el riesgo de muerte en sobrepeso con un índice de masa corporal 25-30 es un 13% inferior a normopeso (IMC:20-25) y obesidad (UMC:30-35). Y aportó el dato de que el sedentarismo dobla el riesgo en las mujeres a cualquier nivel mientras que lo eleva un 28% en los hombres.
Indice de Masa Corporal y Pronóstico Vital
Apoyado en varios estudios, el Porfesor Ribera indicó que el sobrepeso, e incluso la obesidad, en el anciano no se asocian con un peor estado de salud, ni con una reducción en la esperanza de vida. Así, señaló, el riesgo de muerte en sobrepeso con un índice de masa corporal 25-30 es un 13% inferior a normopeso (IMC:20-25) y obesidad (UMC:30-35). Y aportó el dato de que el sedentarismo dobla el riesgo en las mujeres a cualquier nivel mientras que lo eleva un 28% en los hombres.
La
conclusión del Aula Montpellier, dedicada a envejecimiento y nutrición,
se podría resumir en que el tipo de alimentación condiciona el cómo
vamos a envejecer. Que, efectivamente, hay enfermedades claramente
vimnculadas a la nutrición: la osteoporosis y la sarcopenia, la diabetes
o la hipertensión. Y que conviene tomar nota de una serie de
recomendaciones nutricionales: la cantidad total de calorías, los
componentes básicos, la cuantía de minerales y vitaminas, la radical
importancia del agua y mantener una buena hidratación, la toma de fibra
para la calidad de vida, y la vitamina D que es básica para absorción
del calcio
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