jueves, 25 de abril de 2013

Dime de dónde eres y te diré qué sabor prefieres

A los niños les encantan el azúcar y las grasas. O no. Una nueva investigación desmiente que todos los menores de diez años tengan el mismo gusto por los alimentos y destaca la importancia del país de residencia, la cultura y la edad en estas preferencias.


Hasta ahora la comunidad científica pensaba que los alimentos que más les gustan a los niños son las patatas fritas, los caramelos y las bebidas azucaradas, precisamente los más perjudiciales para su salud.
Previsualización de El gusto por los alimentos depende del país de residencia, la cultura y la edad
 No todos los niños tienen la misma preferencia
por las patatas fritas, las golosinas 
o las bebidas azucaradas.
Sílvio Gabriel Spannenberg.
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista Food Quality and Preference, concluye que dicha hipótesis no es del todo cierta tras analizar si todos los niños tienen la misma preferencia por los azúcares y las grasas, considerados promotores de sobrepeso y obesidad a todas las edades.
Durante la investigación, que forma parte del proyecto Identificación y prevención de los efectos sobre la salud inducidos por la dieta y el estilo de vida en niños (IDEFICS, por sus siglas en inglés), se examinaron las preferencias de sabor en más de 1.700 niños de entre seis y nueve años de edad procedentes de ocho países europeos (Italia, Estonia, Chipre, Bélgica, Suecia, Alemania, Hungría y España).
Los autores determinaron, mediante pruebas sensoriales, los gustos de los niños por la grasa, el azúcar, la sal y el glutamato monosódico, un potenciador del sabor que corresponde al quinto sabor básico, denominado ‘umami’.
“Los resultados fueron sorprendentes”, explica a SINC Silvia Bel-Serrat, única coautora española del estudio, que trabaja en la Universidad de Zaragoza. “Aunque a menudo se tiende a pensar que los niños comparten una predisposición común hacia las grasas y los azúcares, se observó que los de diferentes países no tenían de ningún modo preferencias similares”.

Alemanes y chipriotas ante las galletas
Más del 70 % de los niños alemanes prefirieron las galletas con grasas añadidas, frente a solo el 35 % de los chipriotas. Por el contrario, la mayoría de los alemanes prefirieron el zumo de manzana básico, mientras que los niños suecos, italianos y húngaros se decantaron por la opción con azúcares o aromas añadidos.
“Esto implica que las preferencias de sabor están influidas por factores culturales, pero también observamos que estos gustos se desarrollan de forma similar a medida que los niños se hacen mayores”, afirma Anne Lanfer, autora principal del estudio e investigadora en el Instituto de Epidemiología y Prevención de Bremen (Alemania). Así, en los ocho países los niños mayores tenían una mayor preferencia por el azúcar y la sal que los pequeños.
En cuanto a los niños españoles, el 60 % se decantó por el zumo de manzana con azúcar añadido. Con respecto a las galletas, el 62 % prefirió la galleta con grasa añadida y el 70 % eligió aquella con sal añadida con respecto a la básica. "Cabe destacar que los niños españoles fueron los que se decantaron en mayor grado por el sabor umami (alrededor de un 65 %) en comparación con el resto de niños europeos", estima Bel-Serrat.
El equipo de investigación también valoró si los gustos variaban según el género del niño, su umbral de percepción de los sabores, el nivel educativo de los padres, los patrones de alimentación durante la edad temprana, el tiempo dedicado a ver la televisión y el uso de alimentos como recompensa por parte de los padres.Los resultados mostraron que no existía relación entre estos factores y la preferencia por el azúcar, la grasa, la sal y el umami entre los niños; a pesar de que se les había atribuido previamente una influencia en las preferencias de sabor.


Puedes leer el artículo completo en el siguiente enlace:sinc.es

viernes, 19 de abril de 2013

Top 10 C-Suite Watch List: Tendencias tecnológicas sanitarias para 2013

Por tercer año consecutivo, el Instituto ECRI de Estados Unidos ha publicado el informe ‘Top 10 C-Suite Watch List’, en el que recoge las principales tecnologías del ámbito sanitario sobre las que los profesionales del sector deberían prestar una especial atención. Así, como en ocasiones anteriores, los profesionales de la Sociedad Española de Electromedicina e Ingeniería Clínica (SEEIC), como expertos directamente implicados en el uso de esta tecnología, realizan una valoración de esta lista.

En el segundo puesto del informe se sitúa la llamada mHealth (mobile health). Y es que los dispositivos móviles ofrecen un amplio abanico de posibilidades que contribuyen a la atención médica de los pacientes, como es el caso del cuidado de personas con enfermedades crónicas. En la pasada edición de uno de los congresos de tecnología médica más importantes a nivel mundial, MEDICA, ya se puso de manifiesto el creciente protagonismo que está adquiriendo la tecnología móvil en los hospitales. Allí se presentaron diferentes proyectos en los que destacaba el uso de nuevos dispositivos móviles, como tabletas, en los tratamientos y en la interacción médico-paciente.

Asimismo, en este estudio se analizan algunas tecnologías que habían sido recogidas en anteriores ediciones, como es el caso de la gestión de las alarmas o la historia clínica electrónica, aspectos que siguen ocupando un lugar importante en la gestión general de los centros sanitarios.

Por otro lado, este informe plantea la cuestión de si estos nuevos procedimientos realmente mejoran la atención de los pacientes y la hacen más rentable económicamente. Desde la SEEIC reconocen “la utilidad de este documento, cuyas recomendaciones se pueden aplicar en España”. Según explica Jesús Manzanares Pedroche, presidente de la SEEIC, “este tipo de análisis contribuyen a mejorar la eficacia, seguridad y rentabilidad del Sistema Nacional de Salud”.

 Los objetivos que persigue el Instituto ECRI con la publicación de este artículo, el cual se actualiza de manera periódica, van desde proporcionar un juicio independiente y objetivo a la hora de adquirir, administrar y utilizar dispositivos, equipos y sistemas médicos, ser un centro de información de los peligros y deficiencias de los productos sanitarios, hasta fomentar la mejora de los dispositivos médicos a través de un mercado informado.

En España no existe un organismo que desempeñe un papel similar al del  Instituto ECRI, imparcial, aséptico y realista, que mida, evalúe, y en definitiva, cambie el modelo actual de evaluación de la tecnología sanitaria. Este organismo debería llevar a cabo, entre otras medidas, un análisis de coste/efectividad del proceso en su conjunto y un cambio de modelo hacia una agencia de evaluación encargada de dicho análisis”, explica Jesús Manzanares.

Puedes leer la noticia completa aquí