Hasta ahora la comunidad científica pensaba que los
alimentos que más les gustan a los niños son las patatas fritas, los caramelos
y las bebidas azucaradas, precisamente los más perjudiciales para su salud.
No todos los niños tienen la misma preferencia por las patatas fritas, las golosinas o las bebidas azucaradas. / Sílvio Gabriel Spannenberg. |
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista Food
Quality and Preference, concluye que dicha hipótesis no es del todo
cierta tras analizar si todos los niños tienen la misma preferencia por los
azúcares y las grasas, considerados promotores de sobrepeso y obesidad a todas
las edades.
Durante la investigación, que forma parte del proyecto Identificación
y prevención de los efectos sobre la salud inducidos por la dieta y el estilo
de vida en niños (IDEFICS, por sus siglas en inglés), se examinaron
las preferencias de sabor en más de 1.700 niños de entre seis y nueve años de
edad procedentes de ocho países europeos (Italia, Estonia, Chipre, Bélgica,
Suecia, Alemania, Hungría y España).
Los autores determinaron, mediante pruebas sensoriales, los
gustos de los niños por la grasa, el azúcar, la sal y el glutamato monosódico,
un potenciador del sabor que corresponde al quinto sabor básico, denominado
‘umami’.
“Los resultados fueron sorprendentes”, explica a SINC Silvia
Bel-Serrat, única coautora española del estudio, que trabaja en la Universidad
de Zaragoza. “Aunque a menudo se tiende a pensar que los niños comparten una
predisposición común hacia las grasas y los azúcares, se observó que los de
diferentes países no tenían de ningún modo preferencias similares”.
Alemanes y chipriotas ante las galletas
Más del 70 % de los niños alemanes prefirieron las galletas
con grasas añadidas, frente a solo el 35 % de los chipriotas. Por el contrario,
la mayoría de los alemanes prefirieron el zumo de manzana básico, mientras que
los niños suecos, italianos y húngaros se decantaron por la opción con azúcares
o aromas añadidos.
“Esto implica que las preferencias de sabor están influidas
por factores culturales, pero también observamos que estos gustos se
desarrollan de forma similar a medida que los niños se hacen mayores”, afirma
Anne Lanfer, autora principal del estudio e investigadora en el Instituto de
Epidemiología y Prevención de Bremen (Alemania). Así, en los ocho países los
niños mayores tenían una mayor preferencia por el azúcar y la sal que los
pequeños.
En cuanto a los niños españoles, el 60 % se decantó por el
zumo de manzana con azúcar añadido. Con respecto a las galletas, el 62 %
prefirió la galleta con grasa añadida y el 70 % eligió aquella con sal añadida
con respecto a la básica. "Cabe destacar que los niños españoles fueron
los que se decantaron en mayor grado por el sabor umami (alrededor de un 65 %)
en comparación con el resto de niños europeos", estima Bel-Serrat.
El equipo de investigación también valoró si los gustos
variaban según el género del niño, su umbral de percepción de los sabores, el
nivel educativo de los padres, los patrones de alimentación durante la edad temprana,
el tiempo dedicado a ver la televisión y el uso de alimentos como recompensa
por parte de los padres.Los resultados mostraron que no existía relación entre estos
factores y la preferencia por el azúcar, la grasa, la sal y el umami entre los
niños; a pesar de que se les había atribuido previamente una influencia en las
preferencias de sabor.
Puedes leer el artículo completo en el siguiente enlace:sinc.es
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