El tratamiento de la diabetes debe estar encaminado a reducir los niveles de glucemia a valores próximos a la normalidad. Con ello se evitan descompensaciones agudas (cetoacidosis o síndrome hiperosmolar), se alivian los síntomas asociados, se minimiza el riesgo de desarrollar complicaciones macrovasculares y microvasculares (retinopatía, nefropatía y/o neuropatía) y, también, se reduce la mortalidad.
El tratamiento y seguimiento de la diabetes debe incluir intervenciones a diferentes niveles:
- Control de niveles de glucemia
- Control de factores de riesgo cardiovascular.
- Tratamiento farmacológico.
- Modificación de los estilos de vida.
- Educación sanitaria y autocontrol de la enfermedad
La situación actual indica que :
- Un alto porcentaje de pacientes con diabetes no tienen los niveles de glucemia dentro de límites normales.
- Las directrices de los tratamientos actuales no nos ofrecen una idea clara de la frecuencia con la que estos pacientes necesitarían contactar que tendrían o visitar con un profesional sanitario.
Para determinar si una frecuencia mayor de visitas al médico podría ayudar a los pacientes de diabetes a controlar su condición en un período de tiempo más corto, los investigadores analizaron información de alrededor de 26.500 pacientes adultos con diabetes que habían visitado al médico por al menos dos años entre enero del 2000 y enero del 2009.
Para aquellos pacientes que veían a sus médicos cada una o dos semanas, el promedio de tiempo en el que lograban las metas del tratamiento era de 4,4 meses (en pacientes sin tto. con insulina) y 10,1 meses en pacientes con tratamiento con insulina; 1,3 meses para la presión arterial; y 5,1 meses para el colesterol.
El promedio de tiempo para aquellos pacientes que veían a sus médicos cada tres a seis meses era de 24,9 meses en pacientes sin tto. con insulina, 52,8 meses en pacientes con tratamiento con insulina;13,9 meses para la presión arterial; y 32,8 meses para el colesterol.
Así pues, los resultados de este estudio demuestran los beneficios para el paciente diabético de tener un seguimiento mas continúo por parte del profesional sanitario para mejorar el control de su enfermedad.
La diabetes es una condición que requiere cambios en el estilo de vida de las personas, y que puede influir notablemente en el funcionamiento psicológico y psicosocial de quienes la padecen .La efectividad del tratamiento médico esta medida en gran medida por la adhesión al tratamiento por parte del paciente. Dicha adhesión esta notablemente influenciada por el funcionamiento cognitivo, emocional, conductual y social del individuo; por lo que hay que considerar a los aspectos psicológicos como factores intervinientes en la salud en general.
La atención a un paciente diabético con el objetivo de que consiga niveles de glucemia óptimos puede no resultar una tarea fácil, la situación ideal contaría con una asistencia integral a la persona diabética con objetivo de aumentar su calidad de vida y poniendo a su disposición las mejores herramientas y profesionales en función de sus necesidades.
Esta atención integral debe de abarcar diferentes ámbitos de la vida del paciente que pueden verse afectados por la diabetes, desde el control de las glucemias, hasta el ejercicio físico o la alimentación, enseñar al paciente y a sus familiares los fundamentos de la diabetes y mejorar su capacitación para la vida social se considera una de las medidas de más impacto para reducir las complicaciones de la enfermedad .
También pueden mejorar el tratamiento y el manejo de la diabetes las intervenciones institucionales que faciliten la formación y educación sanitaria regular de los pacientes diabéticos .
El contenido del programa de educación diabetológica debe personalizarse en función del tipo de diabetes, la presencia de complicaciones y el nivel sociocultural del paciente.
Resulta necesario sistematizar el seguimiento de los pacientes para evitar el desarrollo de complicaciones futuras a consecuencia del mal control de la enfermedad.
Alcanzar un buen control glucémico es el gran reto para la diabetes y para la sanidad pública ya que al tratarse de una enfermedad que suele generar otras patologías asociadas, el impacto sanitario es, actualmente, de los más elevados.
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