La diabetes requiere un control estricto y diario, pero no es incompatible con el deporte. Se puede afirmar que la diabetes limita al enfermo lo que él quiera que le limite.
Ejemplos de grandes deportistas diabéticos son el jugador de baloncesto NBA Adam Morrison (campeón con los Lakers en 2009 y 2010), el golfista Scott Verplank (ganador de 7 torneos e integrante del equipo americano de la Ryder Cup dos veces), el nadador Gary Hall (oro en los 50 metros libres en Sydney 2000) o el remero, cinco veces campeón olímpico, Steve Redgrave, que consiguió su última presea tres años después de debutar con la enfermedad.
En España tenemos, por ejemplo, al lanzador de peso paralímpico David Casinos, ciego a causa de la diabetes y abanderado español en los Juegos Paralímpicos de Pekin 2008, en cuyo palmarés lucen tres oros en Paroalimpiadas, además de cinco europeos y tres mundiales.
Otro caso excepcional es el de Jon Karro, triatleta insulinodependiente desde 2003. Hace ocho años, cuando estaba preparándose para correr la Transpirenaica, entró en coma diabético. "Me dijeron que el haber sido deportista me había ayudado a salvar la vida, pero que a partir de ahora tendría que limitarme a dar paseos", comenta. Pero Jon se negó a parar y, siempre bajo los consejos de los endocrinos, decidió continuar con el deporte. Escogió el triatlón como disciplina y se marcó como meta la distancia Iron Man (3,8 kilómetros nadando, 180 en bici y 42 de carrera), consiguiendo su objetivo en el IronCat de 2010.
Jon se ha volcado con el mundo de la diabetes para intentar ayudar a otros deportistas insulinodependientes. "DT1 (Diabetes Tipo 1) es mi marca, mi equipo, mi utopía", explica tratando de poner etiquetas a su proyecto personal. Para financiar este sueño ofrece conferencias, ha creado una línea de ropa deportiva y hoy, día 24 de noviembre, presentará un corto documental titulado 'Por y para la diabetes tipo 1', en el que colaboran amigos y deportistas como el triatleta Eneko Llanos o el ciclista Rubén Pérez.
Si quieres conocer más detalles, entra aquí y aquí.
Ejemplos de grandes deportistas diabéticos son el jugador de baloncesto NBA Adam Morrison (campeón con los Lakers en 2009 y 2010), el golfista Scott Verplank (ganador de 7 torneos e integrante del equipo americano de la Ryder Cup dos veces), el nadador Gary Hall (oro en los 50 metros libres en Sydney 2000) o el remero, cinco veces campeón olímpico, Steve Redgrave, que consiguió su última presea tres años después de debutar con la enfermedad.
En España tenemos, por ejemplo, al lanzador de peso paralímpico David Casinos, ciego a causa de la diabetes y abanderado español en los Juegos Paralímpicos de Pekin 2008, en cuyo palmarés lucen tres oros en Paroalimpiadas, además de cinco europeos y tres mundiales.
Otro caso excepcional es el de Jon Karro, triatleta insulinodependiente desde 2003. Hace ocho años, cuando estaba preparándose para correr la Transpirenaica, entró en coma diabético. "Me dijeron que el haber sido deportista me había ayudado a salvar la vida, pero que a partir de ahora tendría que limitarme a dar paseos", comenta. Pero Jon se negó a parar y, siempre bajo los consejos de los endocrinos, decidió continuar con el deporte. Escogió el triatlón como disciplina y se marcó como meta la distancia Iron Man (3,8 kilómetros nadando, 180 en bici y 42 de carrera), consiguiendo su objetivo en el IronCat de 2010.
Jon se ha volcado con el mundo de la diabetes para intentar ayudar a otros deportistas insulinodependientes. "DT1 (Diabetes Tipo 1) es mi marca, mi equipo, mi utopía", explica tratando de poner etiquetas a su proyecto personal. Para financiar este sueño ofrece conferencias, ha creado una línea de ropa deportiva y hoy, día 24 de noviembre, presentará un corto documental titulado 'Por y para la diabetes tipo 1', en el que colaboran amigos y deportistas como el triatleta Eneko Llanos o el ciclista Rubén Pérez.
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