martes, 23 de julio de 2013

La respiración, arma poderosa contra el estrés y la ansiedad

Durante miles de años, los seres humanos han entendido que la respiración tiene una poderosa influencia sobre nuestro bienestar fisiológico y psicológico. Sin embargo, a muchas personas todavía les resulta difícil entender la relación entre la respiración y su impacto en la fisiología de nuestro cuerpo y los niveles de estrés.

La manera en que respiramos tiene un poderoso efecto en la forma en que nos sentimos estresados​​. Cuando nos sentimos estresados, uno de los cambios fisiológicos que se produce es la activación del sistema nervioso simpático (la famosa respuesta lucha / huida) y un aumento inmediato en el ritmo de nuestra respiración que pasa a ser mucho más rápida y mucho menos profunda, consolidando un patrón muy habitual de respiración cercana a la hiperventilación y además, respiración torácica.
Esto puede ser algo normal si se produce de manera proporcionada y a corto plazo. El problema aparece cuando estamos provocando constantemente la activación del sistema nervioso simpático durante todo el día, manteniendo en todo momento respiraciones cortas y poco profundas, con la parte superior del pecho, a pesar de que el estrés puede haber pasado o incluso en situaciones de reposo.
El peligro es que este estilo de respiración envía señales al cerebro alertándolo y transmitiendo que estamos bajo estrés, cuando la realidad puede ser muy diferente.
Promedio de tasas respiratorias
La primera señal de vida en un bebé recién nacido es impresionante. El adulto promedio tendrá aproximadamente 20.000 respiraciones al día. El número de respiraciones que tomamos por minuto se denomina frecuencia o tasa respiratoria. Puedes calcular tu frecuencia respiratoria al contar la cantidad de respiraciones por minuto (o bpm).
Las medias o valores normativos habituales son las siguientes:
Bebé recién nacido: 44bpm
Bebés: 40-60bpm
Niños mayores: 16-25bpm
Adultos: 12-20bpm
Adultos relajados: 8-12bpm
Patrón óptimo de respiración RSA: 6 bpm

Tipos de respiración

1. Respiración diafragmática (relajado)
La respiración diafragmática es un estilo lento y calmado de la respiración controlada por una contracción rítmica y la expansión del diafragma. Cuando observas a un niño que está relajado y feliz, verás que su abdomen (ombligo) se mueve cuando inhala y se desinfla cuando exhala. Hay muy poco movimiento en su pecho. Los estudios han demostrado que la práctica de este estilo de respiración diafragmática reduce la tensión muscular y los niveles de ansiedad. La respiración lenta y profunda estimula el sistema nervioso parasimpático, o lo que comúnmente se conoce como la respuesta de relajación (exactamente lo contrario de lo que ocurre con la respuesta al estrés).
2. Respiración torácica (tensionado)
La respiración torácica o pecho tensionado implica muy poco movimiento en el abdomen y es predominantemente el pecho que se mueve cuando inhalamos y exhalamos. Esto se traduce en una respiración superficial, más rápida.
Una vez más, observa a un niño que está angustiado o llorando. Cuando un niño se siente mal, su respiración cambia de lento, respiración diafragmática a la respiración rápida y superficial. La respiración torácica estimula el sistema nervioso simpático.

La respiración óptima con Biofeedback

Mientras que la respiración es controlada principalmente por el sistema nervioso autónomo, podemos influir voluntariamente en la respiración y ayudar a apagar la respuesta al estrés a través de cambiar nuestro estilo de respiración, de respiración torácica rápida y poco profunda a una lenta y profunda, respiración diafragmática.
Hacer esto transmite al cerebro que la amenaza ha terminado y la parte parasimpática del sistema nervioso autónomo comienza a revertir los cambios bioquímicos y fisiológicos producidos por la respuesta al estrés.
La respiración diafragmática es una habilidad y cuando se realiza correctamente, es eficaz para reducir los niveles de estrés. Es físicamente imposible para los seres humanos estar relajados y estresados al mismo tiempo.
Aprender y consolidar la respiración diafragmática es como cualquier otra habilidad y se necesita un poco de práctica.
El Biofeedback de optimización respiratoria aporta la objetividad necesaria para que seas capaz de controlar y cambiar tu patrón de respiración de manera práctica y rápida, así como mantener este patrón de manera indefinida. En realidad, no estamos aprendiendo nada nuevo, sino recuperando el que debería ser nuestro patrón de respiración natural. Pero solo con Biofeedback serás capaz de ver, medir y entrenar tu respiración en tiempo real, corrigiendo rápidamente los defectos observados y optimizando tu respiración de un modo espectacular.

Cuando uno realmente se detiene a pensar en ello, resulta que la respiración es la vida. Aprender a respirar correctamente con el diafragma es un método probado para controlar el estrés y ayudar a mantener la calma y el estado centrado durante todo el día. Invertir un poco de tiempo para aprender esta habilidad vital merece la pena.
Puedes conocer diferentes dispositivos de biofeedback en: www.alegramente.es
Este es un artículo original de Pablo Muñoz Gacto. Fuente: Nascia

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