Hoy, Día Mundial contra la Diabetes, ¿cuántos lucirán en la
solapa o en su perfil de Facebook un círculo azul, símbolo de la lucha contra
esta enfermedad? Seguro que menos de los que sienten la necesidad solidaria de
vestir el lazo rosa o rojo. La mayoría desconoce que la diabetes mata a más de
25.000 españoles cada año, frente a los 6.300 fallecimientos por cáncer de mama
o el millar de muertes del sida. Es una asesina silenciosa que se sirve de la
ignorancia y de un estilo de vida insano.
La Federación Internacional de la Diabetes (IDF, en sus siglas en inglés) ha
dado hoy a conocer las cifras que arroja el último atlas de esta dolencia: hay
382 millones de casos en el mundo, de los que el 46% aún no han sido
diagnosticados. En 2011 había un total de 366 millones de diabéticos de entre
20 y 79 años, por lo que la enfermedad ha 'captado' a otros 16 millones en solo
dos años.
El Atlas de la Diabetes es una estimación bioestadística
de la prevalencia actual de la enfermedad en el mundo y de la evolución que
experimentará en el futuro. Este análisis bienal es elaborado por la IDF, que
aglutina 200 asociaciones de pacientes y sociedades científicas de 160 países,
incluida la Sociedad Española de Diabetes (SED). Los datos se recaban tanto en
revistas científicas como de estadísticas de las administraciones nacionales,
organismos internacionales e investigadores.
Un futuro oscuro
Uno de cada diez habitantes del planeta tendrá un páncreas
que no produce suficiente insulina para mantener los niveles de glucemia
normales en el año 2035. IDF alerta de que si no se adoptan políticas más
ambiciosas y adaptadas a la particularidad cultural de cada región, en el plazo
de 22 años el total de diabéticos será el doble: 592 millones, tantos como toda
la población de Estados Unidos, Brasil y Alemania juntos.
En 2035, el 10% del planeta no producirá suficiente insulina para mantener los niveles de glucemia normales. / Berliner Verlag-EFE |
Alrededor del 90% de los diabéticos sufren diabetes mellitus
o tipo 2. Es el trastorno metabólico más común y da la cara en la edad adulta
debido a la obesidad y el sedentarismo, por lo que se puede evitar. Las otras
dos categorías más frecuentes son la tipo 1, que se diagnostica en la infancia,
y la diabetes gestacional.
En España, la evolución de la diabetes ha ido pareja al
avance mundial. Entre 2011 y 2013
ha aumentado el número de casos en un 33,41% y la
previsión de la IDF para 2035 coincide en que la cifra de diabéticos, como en
el conjunto del planeta, se duplicará de 2,8 a 5,1 millones de afectados.
Actualmente, la IDF calcula que la tasa de prevalencia
nacional (casos en adultos/población adulta total) es del 10,83%, lo que supone
que se ha disparado un 33,09% desde 2011. Y seguirá esa tendencia al alza con
un 14,39% previsto para el año 2035, de acuerdo con el Atlas de la
Diabetes.
"La prevalencia real de la diabetes tipo 2 en España ya
es del 13,8%, como recoge el Estudio di@bet.es que se realizó en 2011 en 5.800
mayores de 18 años de todo el territorio nacional. La tasa del Atlas se sitúa
en 10,83% porque es una estimación", añade Franz Martín Bermudo,
vicepresidente de SED y catedrático de Nutrición y Bromatología de la
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Una patología carísima
A pesar de los esfuerzos de especialistas, asociaciones y
administraciones por divulgar la prevención, el número de españoles que no
saben que padecen diabetes sigue siendo muy elevado: 1.387.000 afectados, el
36,59% del total, lo que incide tanto en las complicaciones como en los
fallecimientos y en el gasto sanitario.
Las arcas públicas españolas soportan un coste medio por
diabético de 2.449 euros al año, cerca del doble de la media global. La
factura mundial ya consume 571.000 millones de dólares, lo que supera con
creces las estimaciones de gasto de 490.000 millones que previó la IDF para
2030. Ni por esas se invierte la tendencia.
Paradójicamente, la mayoría de estos diabéticos tienen en su
mano la posibilidad de no serlo. Leonor Guariguata, bioestadística de la IDF y
miembro del Comité Ejecutivo del Atlas de la Diabetes, asegura a SINC que “se
ha comprobado que hasta el 80% de casos de diabetes tipo 2 en pacientes de alto
riesgo pueden ser prevenidos adoptando un estilo de vida sano. En gente que ya
tiene diabetes, estos cambios también son elementales para prevenir el
desarrollo de complicaciones como amputaciones, derrames cerebrales, ceguera o
fallecimientos”.
Entonces, ¿por qué tanta resistencia? “No se teme a la
diabetes porque no duele”, explica el doctor Martín Bermudo. “No es contagiosa
y su avance no se siente hasta que las complicaciones son irremediables. En los
certificados de defunción no figura que la muerte es debida a la diabetes sino
a fallos orgánicos. Estamos trabajando para que sí aparezca esta causa y la
gente se conciencie de que mata”.
La falta de miedo unida a una pésima dieta, el sedentarismo
y una mayor esperanza de vida son los motores de esta pandemia en nuestro país.
En el caso de los países empobrecidos habría que añadir, como subraya
Guariguata, “el escaso acceso a buenos servicios sanitarios de calidad y el
crecimiento de las poblaciones urbanas”.
Sudar más, comer más y mejor
El apego a la comida basura y el sofá no se explica
únicamente desde la pereza o la glotonería. “Dar órdenes a la gente no funciona
–advierte Martín Bermudo–. En unas jornadas sobre diabesidad, un
término que hemos acuñado para asociar la diabetes y la obesidad, los
psicólogos clínicos nos hicieron ver que obligar a una persona a que cambie su
estilo de vida es una técnica invasiva más. Tus hábitos están relacionados con
la vida social, las relaciones familiares, tu intimidad. Que se metan en ellos
molesta más que una colonoscopia”.
Por eso, el portavoz de la SED defiende que se produciría un
punto de inflexión si se apostase por una buena educación en salud durante los
primeros quince años de vida, y se diese a los diabéticos terapia conductual
para salvar ese estilo de vida pernicioso; un método que ya ofrecen clínicas
privadas de Estados Unidos.
Sin olvidar un cambio de mentalidad de los poderes
políticos, económicos, empresariales y sociales, insiste Martín Bermudo: “El
gobierno sueco aplica desgravaciones fiscales a las empresas que dedican una
hora de la jornada a que sus trabajadores hagan deporte. Eso sí es luchar
contra la diabetes”.
Hombre urbanita de entre 40 y 70 años es el perfil medio del
diabético tipo 2 en todo el mundo. La estadística destierra la falsa creencia
de que es una enfermedad de personas mayores. El 80% tienen entre 40 y 59 años
y habitan países pobres o en vías de desarrollo, como recoge el Atlas de
Diabetes 2013 de la IDF.
China vuelve a encabezar el top ten de los
países con más afectados: 98 millones. Le sigue India, con 65,1 millones.
Tokelau, un pequeñísimo archipiélago ubicado al sur del Pacífico, ostenta el
primer puesto de la tasa de prevalencia con un 37,5%. En el futuro, África, con
un incremento de enfermos del 109%, junto con Oriente Medio (96%) y el sureste
asiático (71%) serán los motores de ese luctuoso despegue previsto para 2035.
La bioestadística Leonor Guariguata comenta que “las islas
del Pacífico, y muchas otras islas en el mundo, han tenido un desarrollo
económico en los últimos 30 o 40 años que ha revolucionado el ambiente. Además,
se ha encontrado que ciertas poblaciones de las islas del Pacífico están
predispuestas genéticamente a desarrollar la enfermedad”.
Europa figura como la región con la menor tasa de
prevalencia, aunque es la primera en diabetes tipo 1.
Fuente: agenciasinc.es
Estupendo artículo Doménico! Enhorabuena! :)
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