lunes, 10 de diciembre de 2012

Confirman que una dieta inadecuada durante el embarazo predispone a la diabetes en el bebé

Los expertos ya saben que las gestantes no deben comer por dos. Ahora un estudio insiste en la importancia de cuidar la alimentación para evitar que en el niño aumenten los niveles de insulina y glucosa, ambos indicadores de riesgo de padecer diabetes y síndrome metabólico.


La calidad de la dieta materna durante gestación es fundamental en el crecimiento fetal y en los niveles de insulina y glucosa al nacer. Estos índices alertan de una predisposición a padecer enfermedades como la diabetes o el síndrome metabólico.
Cuando las mujeres embarazadas
 asimilan cantidades adecuadas de energía,
 sus hijos tienen un peso normal al nacer.
Imagen: 
Cscott2006
Estudios anteriores ya apuntaban que, cuando la madre ingiere insuficientes alimentos durante el embarazo, se reduce en el feto la oferta de glucosa a otros tejidos para asegurar un aporte correcto al cerebro, lo que provoca un menor crecimiento fetal. Este mecanismo adaptativo se conoce como hipótesis del fenotipo ahorrador de Barker.Así lo indica un estudio, liderado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y publicado en elEuropean Journal of Clinical Nutrition, que estudia la alimentación en esta etapa vital, en la que tiene lugar el incremento del número y tamaño de las células.
“Sin embargo, son menos conocidos los efectos de un desequilibrio entre grasas, proteínas e hidratos de carbono, es decir, el efecto durante la gestación del consumo de dietas occidentales que se alejan del tipo mediterráneo”, explica a SINC Francisco J. Sánchez-Muniz, investigador de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los autores de este estudio.
De esta forma, el nuevo trabajo, que forma parte del Estudio Mérida –una macroinvestigación que analiza diferentes parámetros de los recién nacidos y sus madres–, revela que, cuando las gestantes asimilan cantidades adecuadas de energía, sus hijos tienen un peso normal al nacer, del orden de 3,3 kilogramos a 3,5 kilogramos.
“No obstante, más de la mitad de las mujeres consumen dietas de baja calidad que aportan muchos productos de origen animal ricos en grasas saturadas y pocos hidratos de carbono procedentes de verduras o legumbres. Además, más de la tercera parte sigue un patrón lejano al de la dieta mediterránea”, señala Sánchez-Muniz. “Es destacable que las mujeres durante el embarazo no cambian la forma de comer ni la calidad de su dieta”.
Los efectos de una dieta incorrecta
Los expertos afirman que cuando una mujer come de forma inadecuada durante el embarazo, el niño nace con un perfil diabetogénico, es decir, que tiene elevados en suero la glucosa, la insulina y un marcador de resistencia a esta. Esto confirma la influencia de la dieta sobre el desarrollo del páncreas fetal y sobre la concentración de glucosa e insulina al nacer.
“Es importante concienciar a las madres de la importancia de comer bien durante la gestación, con dietas equilibradas de tipo mediterráneo”, comenta el investigador. “También urge continuar los estudios en esta misma población para conocer cómo evolucionarán en el tiempo los niños y así evitar o, al menos paliar, el desarrollo de estas enfermedades de alta prevalencia en nuestra sociedad”.
Referencia bibliográfica:
Gesteiro E, Rodríguez-Bernal B, Bastida S, Sánchez-Muniz FJ. “Maternal diets with low Healthy Eating Index score and adherence to Mediterranean diet are associated with cord blood insulin and insulin resistance markers at birth”. Eur J Clin Nutr2012; 66:1008-1015.
Otros estudios citados:
Barker DJ. “Fetal origins of coronary heart disease”. BMJ 1995; 311: 171-174.
Barker DJ. “Early growth and cardiovascular disease”. Arch Dis Child 1999; 80: 305-307.

Fuente: agenciasinc.es

martes, 4 de diciembre de 2012

Comer alimentos con acrilamida durante el embarazo se asocia con un menor peso del bebé

El primer estudio realizado en humanos muestra que la elevada ingesta de compuestos con acrilamida en mujeres embarazadas está relacionada con un efecto negativo sobre el peso del bebé. Este compuesto se encuentra en alimentos de consumo habitual como las patatas fritas, galletas, cereales y café.


La acrilamida es una sustancia química
 que se forma al freír, asar, tostar u
 hornear alimentos ricos en 
carbohidratos como las patatas fritas,
 chips, bollería o cereales 

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Un estudio internacional sobre la dieta de 1.100 mujeres embarazadas y sus recién nacidos de Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España revela que el consumo de alimentos con alto contenido de acrilamida durante el embarazo se asocia con un peso inferior y una menor circunferencia de la cabeza en recién nacidos.
Los resultados del primer estudio en humanos apuntan como la diferencia entre las madres expuestas a altos niveles de acrilamida y las expuestas a niveles bajos puede ser de hasta 132 gramos en el peso del bebé y 0,33 centímetros en el tamaño de su cabeza.
El estudio, dirigido por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y la Universidad de Estocolmo (Suecia), muestra que los mayores niveles de esta sustancia se observaron en los bebés nacidos en Inglaterra y los más bajos en los de Dinamarca.
Para los expertos, la razón de los altos niveles de acrilamida que se observan en muchas mujeres es la dieta. Se trata de una sustancia química que se forma al freír, asar, tostar u hornear alimentos ricos en carbohidratos como las patatas fritas, chips, bollería o cereales de desayuno, y cuya concentración aumenta a mayor temperatura y tiempo de cocción de este tipo de alimentos.

Según Manolis Kogevinas, coordinador del estudio publicado en la revista Environmental Health Perspectives y director científico adjunto del CREAL, "el efecto estimado del alto nivel de exposición a la acrilamida sobre el peso de un bebé al nacer es comparable al efecto adverso conocido del tabaquismo”. 


El peso al nacer está relacionado con numerosos efectos adversos para la salud en los primeros años de vida e incluso posteriormente, como estatura reducida, aumento de la incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2 y osteoporosis. Además, la circunferencia de la cabeza es un indicador importante del crecimiento del cerebro y del desarrollo neurológico.


Una preocupación creciente


Los efectos potenciales para la salud de la exposición alimentaria a la acrilamida se han convertido en una preocupación mundial. Los investigadores ya pueden afirmar que esta sustancia atraviesa la placenta y, por lo tanto, existe un particular riesgo para la salud del feto.


El uso de avanzadas técnicas biomédicas ha favorecido la medición de la acrilamida en sangre del cordón umbilical del recién nacido, lo que ha permitido a los investigadores conocer los niveles de exposición a la acrilamida durante los últimos meses de embarazo.


Este estudio, en el que han participado otros 20 centros de investigación en Europa,forma parte de NewGeneris, un proyecto cuyo objetivo es investigar el posible papel de la exposición química a través de la dieta durante el embarazo, en la inducción de un aumento del riesgo de cáncer y trastornos del sistema inmune en la infancia, junto con los efectos sobre los resultados del parto.


Referencia bibliográfica: 

Marie Pedersen, Hans von Stedingk, Botsivali Maria, Silvia Agramunt, Alexander Jan, Brunborg Gunnar, Leda Chatzi, Fleming Sarah, Fthenou Eleni, Granum Berit, Kristine B Gutzkow, Laura J Hardie, Lisbeth E Knudsen, Soterios Kyrtopoulos A, Michelle Méndez, A, F Domenico Merlo, Jeanette K Nielsen, Per Rydberg, Dan Segerbäck, Jordi Sunyer, John Wright, Margareta Törnqvist, Kleinjans Jos C y Manolis Kogevinas. “Birth Weight, Head Circumference, and Prenatal Exposure to Acrylamide from Maternal Diet: The European Prospective Mother-Child Study (NewGeneris)”. Environmental Health Perspectives. DOI: 10.1289/ehp.1205327

Fuente: agenciasinc.es